Zona primigenia donde se
empezó a construir la ciudad en torno al 218 a.C
Vista de la ciudad durante
el siglo II a.C
Las primeras
estructuras se construyeron en una zona elevada conformando una original
disposición propiciada por la orografía del terreno. Las primeras edificaciones
tenían un carácter exclusivamente militar aprovechando esta colina y un barraco
que dotaba gran protección. Al poco de formarse este primer núcleo se empezaron
a desarrollar los edificios residenciales, de manera separada gracias a la conocida
actualmente como Vía Augusta, desde la colina hasta el puerto disponiéndose en
forma de terrazas. Durante el siglo II a ambas zonas, separadas entre sí, se
unen dando lugar a un gran centro urbano de unas 50 hectáreas. Cuando la zona
fue pacificada en la parte superior se dispuso un conjunto monumental.
Conformado por la plaza, el circo, las zonas de culto y el foro provincial. En
la zona media y baja, junto a las viviendas privadas, se encontraba el foro
colonial y fuera de los muros el anfiteatro, el teatro y el puerto.
Murallas
de Tarraco
Al comienzo
de la construcción de la ciudad la muralla todavía no estaba construida, en su
lugar había una empalizada de madera. La importancia que empezó a cobrar el
asentamiento durante la Segunda Guerra Púnica como punto de paso y
abastecimiento hacia los territorios cartaginenses hace que se realice la
primera muralla entre los años 217 y 197 a.C. La base se realizó siguiendo el
modelo de arquitectura ciclópea con grandes bloques irregulares. Sobre estos se
colocaron sillares de piedra caliza que conforman el resto del muro. En un
primer momento tenían un espesor de 4,5 m y una altura de 6 m. Para reforzar
toda la estructura se dispusieron varias torres de mayor altura en torno al
perímetro. De esta primera fase constructiva se han conservado tres torres: la
Torre del Arzobispo, la del Capiscol y la de Minerva. La primera se encuentra
anexada al actual Arzobispado de Tarragona, conservando la parte inferior de
época romana construida con grandes bloques de piedra. La segunda está formada
por una estructura maciza con grandes bloques irregulares cuya parte superior
estaba realizado con grandes sillares regulares que se conservan en la
actualidad. Por último la Torre de Minerva
también formada por grandes bloques en su parte inferior y por sillares
almohadillados en la superior. En esta misma zona se halla parte de un relieve
de Minerva del que solo se ha conservado la mitad inferior. En la zona inferior
y media se tallaron cabezas de personas y la efigie de un lobo, posiblemente
gracias a la asimilación de las tradiciones íberas que formaban el sustrato de
la zona. En la zona interior se ha encontrado la inscripción latina más antigua
fuera de la Península Itálica dedicado Minerva. Esta torre comunicaba
directamente con la Torre del Cabiscol.
En una
segunda fase constructiva, entre 150 y 125 a.C aproximadamente se amplió la
muralla utilizando la técnica del opus
siliceum[i]
En la en la zona inferior y sillares almohadillados en la superior.
Respecto a la etapa anterior se aumentan las dimensiones tanto en altura como
en grosor, 12 metros y 6 respectivamente siguiendo el modelo de la primera
etapa. Se dispusieron puertas de cara al exterior, de carácter ciclópeo, que
aún hoy se conservan. No se construyeron torres durante esta etapa ya que su
finalidad, una vez pacificada la zona, era de ordenamiento de la ciudad. Tenía
una longitud en torno a los 4 km de los que solo se conservan 1,3 km.
Torre del Arzobispo
Torre del Cabiscol
Torre de Minerva. En la parte superior
izquierda se aprecia el relieve de Minerva.
Foro
Provincial
Maqueta y reconstrucción del foro provincial
Desde la
fundación de la ciudad la parte más alta, donde estaba ubicado este conjunto,
era de propiedad estatal. Su extensión total era de 7,5 ha aproximadamente
distribuido en tres espacios: dos plazas rectangulares y el circo. Junto a esto
se encontraban diversos espacios dedicados a la administración de la ciudad.
Fue levantado en esa zona debido a su estratégica posición desde donde se podía
vigilar la región durante la época del emperador Vespasiano en torno al año 73
d.C. La parte más elevada estaba dedicada al culto imperial. Tenía unas
dimensiones de 153 x 136 m con tres de los cuatro lados porticados con un muro
de 9 m de altura y coronado por un templo dedicado a la diosa Roma[ii]
de unos 15 m de altura. El acceso se realizaba
mediante la plaza de representación del
Foro Provincial de 375 largo por 175 de ancho. También estaba porticada, y
además ajardinada y decorada con estatuas de sacerdotes y eminencias de la
ciudad, de manera similar a la zona superior y contaba a su vez con otro templo
imperial. En él se ubicaban importantes edificios públicos como los archivos
del Estado (o tabularium) y las arcas
donde se almacenaban el erario. En la actualidad sobre el recinto del culto se alza la
Catedral de Santa María de Tarragona y sobre la plaza de representación del
Foro Provincial se construyó el actual barrio medieval.
Vista de la actual plaza donde se encuentra la
Catedral.
El
Pretorio
Vista
actual de la conocida como Torre de Pilatos.
Consiste en
una torre de sección rectangular de 30 x 25 m y con una altura de 22 m. Construida con grandes sillares bien
perfilados siguiendo la técnica del opus
quadratum.[iii]
La
parte inferior hasta los 5 metros de altura está formada por los materiales
originales romanos, el resto es de factura medieval. Mediante un sistema de
pasillos y escaleras se podía acceder de manera más rápida al Circo o al Foro
Provincial sin necesidad de pasar por la zona central del complejo. En la parte
inferior, de manera subterránea, se encontraban los pasadizos para acceder
directamente a las gradas del Circo. Durante la Edad Media se utilizó como
residencias de nobles y reyes sufriendo multitud de modificaciones y
remodelaciones para poder cumplir con sus nuevas funciones. Actualmente se
encuentra en un magnífico estado de conservación anexionada al Museo Arqueológico Nacional de Tarragona.
Circo de
Tarraco
Planta del Circo romano de Tarraco.
A diferencia
de otras ciudades romanas, donde el circo se encontraba fuera de las murallas,
en Tarraco se encontraba intramuros. Este importante hecho estaba unido a su
singular disposición construido junto a los otros elementos del foro imperial.
Fue edificado como línea divisoria entre las estructuras imperiales y los barrios residenciales y de
residencial durante el gobierno del
último emperador de la Dinastía Flavia, Domiciano. Fue el último edificio del
Foro Provincial que se construyó. Debido a su ubicación su tamaño se encontraba
en consonancia con el espacio disponible. Medía 325 m de largo por 115 de
ancho. En el interior se encontraba la
arena de cuyas medidas eran de 290 m por 75 m y una espina vertebradora en la
zona central de 190 m de longitud.
Utilizaron las técnicas del opus quadratum y opus caementicium[iv]
para las
estructuras principales y sillerías para las escaleras, el podium y la fachada.
Bajo la cavea, donde se ubicaban las gradas y la tribuna se hallaba un sistema de bóvedas de 93 m de
longitud que permitían sostener parte de la estructura constituyendo una
estructura hueca. Tenía a su vez otra función, la de distribuir a las personas
por las gradas. En la zona lateral oeste se encontraban las cocheras para el
almacenamiento de los carruajes o carceres. También la puerta de acceso
principal conocida como porta Pompae. Al lado opuesto, al este se hallaba una
salida para los participantes heridos que durante las carreras podían sufrir
accidentes, se llamaba porta livitensis.
Junto a esta se encontraba la entrada de acceso a las gradas utilizado por la mayoría de los espectadores. En esta zona junto a las partes laterales se
colocaban las gradas. En este caso, en la zona norte, había una colina, sin embargo se excavó en
vez de hacer directamente las gradas sobre ellas principalmente para la
construcción de las bóvedas bajo ellas. Es en el norte donde se encontraba la
tribuna presidencial o pulvinar, que contaba con un acceso directo desde el
Foro para las personalidades.
Desde su
construcción se empleó para la representación de carreras de cuadrigas y
bigas durante los juegos circenses
durante unos 300 años hasta el siglo V d.C cuando fue abandonado y
paulatinamente sustituido por viviendas. Hay pruebas suficientes para pensar
que, hasta el siglo VII d.C se siguiera utilizando parcialmente Tras perder su función original durante la Edad Media se utilizó como sede
para transacciones comerciales y ferias. Más tarde el resto de estructuras
visibles se emplearon como base para nuevas construcciones. Esto permitió que
se conservara de manera excepcional, en comparación con otros circos romanos.
En la actualidad se conservan tres arcos de medio punto de la fachada
pertenecientes a la cabecera. Uno de ellos daba paso a una bóveda para la
circulación interna por el edificio. El
central permitía el acceso a la parte superior del circo y más tarde a las
gradas. Allí se han encontrado unas perforaciones que hacen indicar que habría
una verja metálica para bloquear su acceso cuando no había espectáculos. De la
cavea se conserva un núcleo de
cemento que estaría revestida de piedra,
donde se sentaría la gente. Correspondería a la mitad de la curva. El gran público puede visitar todo el
complejo en la actualidad.
Vista aérea desde el pretorio donde se observa
parte de las gradas.
Parte original conservada de las bóvedas bajo
la cavea.
Vista parcial de la zona donde se aprecia la
zona de intercambio entre el pretorio y el circo
Foro
Local o Colonial de Tarraco
Vista aérea del foro en la actualidad.
Tarraco se convirtió
en la capital, primero de Hispania Citerior y más tarde de la provincia
Tarraconensis. Por ellos junto al Foro Provincial se encontraba el Foro Local.
Allí se determinaban los asuntos administrativos y comerciales de la ciudad,
además de ser el punto de reunión cotidiano tanto de las élites como del resto
de ciudadanos. Había una primera plaza de época republicana con templos
dedicados a Juno, Júpiter y Minerva. Toda la zona sería porticada más tarde
para delimitarla del resto de la ciudad. Durante el mandato del emperador
Augusto, junto a la construcción del teatro, se abrió parte del muro para una
mejor accesibilidad. Ya en época tiberina en la plaza se construyó una
basílica, con una elevación ligeramente superior al resto del foro, de tres
naves separada de las naves laterales por columnas, catorce en las partes
longitudinales y cuatro en las partes transversales. En uno de los lados se
levantaron doce pequeños establecimientos o tabernae
utilizados como locales comerciales o pequeños centros administrativos. Detrás
de esta basílica se ubicaba una cisterna anterior a su construcción. Por último
durante el último tercio del siglo I, durante la dinastía Flavia, a los pies
del foro se construyó un mercado. La plaza tiene unas dimensiones de 58 x 12,5
m, las galerías porticadas tenían una anchura de 6,10 m y los establecimientos
tenían un tamaño relativamente pequeño con 2,9 x 3,9 m. Debajo de todo el
conjunto y del empedrado se ubicaban colectores y alcantarillas que
desembocaban en el puerto.
En el siglo
IV d.C se abandona esa zona de la ciudad y destruido por una incursión de los
bárbaros. Hasta el siglo XIX no se sabía su ubicación exacta hasta que se
comenzó a edificar esa parte de la ciudad. En la actualidad se encuentra
encajonado entre las calles Gasómetre, Lleida y Cardenal Cervantes. Se
conservan los basamentos originales de la mayoría de las columnas y siete
columnas originales pertenecientes a la basílica. Dentro de ella se observa un
basamento donde seguramente habría una estatua de un emperador. De los
establecimientos se han conservado nueve, con mayor o menos grado de deterioro.
Se han reconstruido completamente dos de ellos que albergan restos encontrados
en la basílica como relieves de un arco triunfal que serviría como punto de
entrada. También se conserva una calle empedrada y enlosada.
Reconstrucción de dos tabernae
Vista detallada de parte del Foro Colonial
Teatro de
Tarraco
Planta del Teatro de Tarraco
Edificado a
finales del siglo I a.C durante el mandato de Augusto en un lugar cerca del
puerto y fuera de las murallas. Seguía los cánones habituales para la
construcción de un teatro. Se aprovechó una pequeña loma para levantar la
cavea, donde sus asistentes se acomodaban siguiendo sus estatus social. La
escena, donde se realizaban las representaciones teatrales, estaba en una superficie
elevada decorada con una exedra[v]. A su
espalda había una zona ajardinada con un estanque y esculturas.
Tuvo una
vida útil constante hasta finales del siglo II d.C cuando la población de la
ciudad se decantó más por los espectáculos del anfiteatro y el circo. un siglo
más tarde se produjo un incendio que fue el desencadenante de su abandono,
reutilizando el solar para viviendas. En la actualidad podemos encontrar los
cinco primeros escalones de la grada en torno a la orchestra, los escalones laterales para el acceso y los soportes
para colocar el telón, o aulaeum, en
su ubicación original. En el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona se
encuentran algunos capiteles y estatuas que componían la decoración. Se descubrieron los resto a finales del siglo
XIX.
Vista frontal del teatro en la actualidad.
Anfiteatro
de Tarraco
Planta del anfiteatro. La zonas coloreadas representan
iglesias cristianas más tardías.
Construido a
las afueras de la ciudad, cerca de la Vía Augusta, durante el siglo II d.C con
el patrocinio de un sacerdote imperial o flamen
imperial encargado del culto, ofrendas y sacrificios para las deidades del
Panteón romano. Para su construcción se aprovechó una ligera inclinación
natural del terreno edificando la estructura con una forma elíptica y excavando
parte de la grada en la roca. La cimentación se logró gracias al uso del opus caementicium construyendo una serie
de galerías abovedadas bajo la cavea consiguiendo así una estructura hueca. EL
total del conjunto mide 110 m de largo x 87 de ancho, la arena mide 62 m de
largo y 39 de ancho. Tenía una capacidad aproximada de 14000 espectadores. Las
gradas estaban aterrazadas en tres niveles siguiendo la disposición tradicional
en este tipo de construcciones. Bajo la arena se encontraba la fossa bestiaria,
espacio utilizado para guardar los animales, llegados por mar en su mayoría,
utilizados durante alguno de los espectáculos.
En el primer
cuarto del siglo III d.C, durante el mandato del emperador Heliogábalo, se
reformó el anfiteatro decorando el exterior y añadiendo una inscripción en
torno a él para recordar tal acto. Se considera la inscripción de mayor longitud
de Hispania. De este mismo siglo se conservan una pintura mural que representa
a la diosa de la venganza, Némesis, a la que se encomendaban los gladiadores,
junto con un genius y un venator[vi]. También un recinto sagrado
dedicado a la misma diosa. A mediados del mismo siglo el obispo de Tarraco,
Fructuoso, y dos Diáconos, Augurio y
Eulogio, fueron
martirizados en la arena. Ya en el siglo V se construye una basílica de tres
naves en la misma zona y en el siglo XII una iglesia románica. Durante el siglo
XIX es utilizado como cárcel. Más tarde se reconstruye el anfiteatro y se
consolida.
En la
actualidad se encuentra en buen estado de conservación pudiéndose observar la
fossa bestiaria, parte del graderío, dos entradas a la arena y los cimientos de
la iglesia.
Vista en la actualidad del Anfiteatro de
Tarraco.
Acueducto
de Las Ferreras
Vista en la actualidad del acueducto.
También es
conocido como el Puente del Diablo. Se construyó durante el mandato de Augusto
con un sistema de canales subterráneos o salvando los desniveles que llevaban
el agua desde el río Francolí hasta la ciudad, un poco antes de llegar a la ciudad se dividía en dos brazos para la
parte alta y baja. El acueducto mide 215 m de longitud y su altura máxima es de
26m. Se realizó con la técnica del opus quadratum utilizando sillares sin
emplear mortero para su sustentación. Un hecho destacado es el uso de doble
arcada para salvar el barranco. Consta de 25 arcos en la parte superior y 11 en
la inferior. El canal superior por el que circulaba el agua o specus es el original.
La magnífica
construcción fue utilizada hasta finales del siglo XVIII. En la actualidad se
encuentra en un estado casi perfecto de conservación pudiendo ser visitado ya
que se encuentra a 4 km al norte de la ciudad dentro de un entorno rural.
Vista del canal que actualmente es transitable.
Necrópolis
de Tarraco
Vista del exterior del Museo y algunos
sarcófagos encontrados.
Fue
construido ya en la época final del Imperio Romano, siendo utilizado desde los
comienzos de la ciudad y más tarde desde el siglo III d.C hasta finales del
siglo VII por los cristianos. Se encuentra en la orilla oeste del río Francolí.
Es considerado uno de los mejores conjuntos cristianos de Europa Occidental habiéndose
encontrado multitud de restos, monumentos funerarios, incineraciones, exequias
y sobre todo sarcófagos, de los cuales se han encontrado unos 2000, muchos de
ellos en buenas condiciones. Del siglo V se han encontrado los restos de una
basílica donde se han encontrado los sepulcros de los mártires del siglo III
anteriormente citados.
Fue
descubierto en 1923 mientras se realizaba la construcción de una fábrica.
Durante diez años se realizaron excavaciones arqueológicas donde se documentó
parte del conjunto. En la actualidad estas zonas no son visitables para el gran
público. Sin embargo se construyó un museo, de carácter historicista, que
alberga una buena colección de elementos encontrados durante los trabajos
arqueológicos. Destacan mosaicos paleocristianos (como el de Óptimo), sepulcros
pertenecientes a diferentes escalas
sociales o figuras votivas como una muñeca articulada de marfil del siglo IV.
Vista actual de las excavaciones.
Mosaico de Óptimo.
Muñeca de marfil.
Torre de
los Escipiones
Vista frontal del monumento.
Es un
monumento funerario construido por una familia patricia de Tarraco a finales
del siglo I d.C realizado con sillares regulares. De planta casi cuadrada y
elevándose en tres alturas. La parte inferior actúa como podio para sustentar
el resto de la estructura. En la zona media se encuentran dos esculturas que se
han identificado con el dios Atis, procedente de la mitología oriental, amante
de Cibeles y asociado a los ritos funerarios. De manera incorrecta se pensó que
eran los hermanos Escipiones, Publio y Cneo, generales durante la Segunda
Guerra Púnica. La parte superior no se ha conservado, se intuye que podría
tratarse de algún tipo de estructura que culminaría en pirámide. En el interior
se halla un compartimento para albergar una urna y diversos ajuares
funerarios.
Se encuentra
en un estado aceptable de conservación, siendo uno de los monumentos funerarios
más conocidos de Hispania, a 6 km de Tarragona lindando con la Vía Augusta.
Arco de Bará
Vista frontal del arco en la actualidad.
Construido
colindando a la Vía Augusta durante la época del mismo emperador. Siguiendo la
técnica del opus quadratum empelando
bloques regulares de caliza encajados. La parte inferior consta de dos podios
sobre los que se alzan dos pilares donde se labraron cuatro pilastras en cada
lado rematadas con capiteles corintios. Es de un solo vano con un arco de medio
punto. En la parte superior se dispuso un entablamento con un friso[vii] y un arquitrabe. En la parte
más alta hay una corsina parcialmente reconstruida con elementos originales
encontrados en las inmediaciones. Sobre él se situaría un ático del que no se
conserva nada. El conjunto mide 12 m de largo por 2,4 de ancho con una altura
de 12, 3 m.
Reconstruido
durante el siglo II su ubicación actual está a unos 20 km al norte de Tarragona
en una rotonda ajardinada en la carretera N-340.
Cantera
El Médol
Vista de parte de la cantera donde se aprecia
la parte más destacada, la Aguja de Medol
En la zona
circundante a la ciudad se conocen la existencia de multitud de canteras que
abastecían a la ciudad con piedra. Esta es la mejor conservada de toda la
provincia, ubicada también en las inmediaciones de la Vía Augusta. Es una gran
hondonada artificial de más de 200 m de longitud y espacios de 10 a 50 m de
anchura provocados por la extracción de piedra en época romana. La parte más
significativa del recinto es el monolito de 16 m desde donde se iniciaron las
explotaciones de la cantera. Durante su vida útil se calcula que se extrajeron
unos 50000 m³. Parte de los edificios más significativos de Tarraco se
realizaron gracias a esta cantera, con un tipo de piedra caliza llamada
lumaquita. En menor medida se siguió empleando de manera irregular durante la
Edad Media.
Aunque en la
actualidad los terrenos pertenecen a una empresa privada están administrados
por el Museo de Historia de Tarragona y se puede visitar. A pesar de la
vegetación a día de hoy se aprecia los restos de los canteros.
Viviendas
y Villas de Tarraco
Debido a que
gran parte de las viviendas se encuentran enterradas y bajos construcciones
modernas y no se han excavado todavía. Dependiendo de la zona habría viviendas
de personas adineradas o domus
combinados con bloques de varios pisos o insulae.
En las
inmediaciones del núcleo urbano se han encontrado dos villas, la de Centcelles
y la de Els Munts.
La villa dels Munts está fechada en el siglo I d.C
construida sobre una pequeña loma a 12 km de Tarraco. Diseñada como un lugar de
residencia para un magistrado de la provincia, Caius Valerius Avitus. A parte
de ser un lugar residencia, el recinto tenía ternas, jardines y decoración en
las paredes con pinturas y mosaicos. En el tercer cuarto del siglo III se
abandonó debido a un incendio. Un siglo más tarde se realizaron trabajo
agrícolas a su alrededor, siendo ocupada pero no restaurada, manteniéndose su
actividad hasta el siglo VI.
Vista aérea del yacimiento en la actualidad.
La villa de Centcelles y su mausoleo. Hubo un primer emplazamiento del
silgo II a.C que fue abandonado dos siglos más tarde. Su momento de mayor
esplendor se produce en el siglo IV cuando se construye una nueva villa
dedicada a la explotación agraria y unas termas romanas anexas que serían
reconvertidas en talleres musivaras y en un mausoleo. De planta octogonal en el
interior se conservan un riquísimo plantel de pinturas y mosaicos que decoraban
el mausoleo. Tanto esta opulencia como la técnica empleada han revelado que
estaba erigido para acoger la tumba de una eminente personalidad de la
provincia. Algunos estudiosos han asociado algunos de los mosaicos con el
emperador Constante por lo que es probable que fuera su mausoleo.
El conjunto
en el actualidad es visitable habiéndose construido un armazón protector a su
alrededor y un museo con reconstrucciones y maquetas.
[i]
Técnica constructiva originaria de la zona italiana central utilizada
principalmente entre los siglos VI y I a.C, caracterizada por la superposición
de grandes bloques de piedra, apenas cortados, a veces de grandes dimensiones,
unidos por es el propio peso de las piedras lo que asegura la estabilidad de la
estructura.
[ii]
Deidad femenina que personificaba la ciudad de Roma y, en un sentido más
amplio, al Estado de Roma.
[iii]
Técnica desarrollada por griego y romanos durante el siglo VI a.C cuyo uso
perduró durante la época imperial. Se colocaban sillares de piedra de la misma
altura que se establecían en hiladas paralelas sin la aplicación de mortero.
[iv]
También conocido como hormigón romano. Combinaban mortero y un agregado formado
por materiales como grava, ladrillos rotos, escombros... para crear una mezcla
resistente parecida al hormigón.
[v] Construcción descubierta, de
planta semicircular, con asientos fijos en la parte interior de la curva, y
respaldos también permanentes.
[vi]
Se puede traducir como cazador. Aunque participaban en la arena no eran
considerados gladiadores. Estaban especializados en la caza y la práctica de
trucos con animales salvajes.
[vii]
El texto dice: EX TESTAMENTO L.LUCINI L. SERG. SURAE CONSACRATUM, pero está
incompleto por la pérdida de algunos sillares.
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