Vista general de todas las figuras
El conjunto fue descubierto
durante unas excavaciones arqueológicas en 1930, en la actual Tell Asmar de Iraq, patrocinadas por el
Instituto Oriental de Henry Frankfort. Actualmente se halla repartido entre el
Museo de Irak en Bagdag y el Museo del Instituto del Próximo Oriente de la
Univerdad de Chicago. Se hallaban enterradas entre las ruinas del templo, de forma cuadrangular, consagrado a Abu, dios de la vegetación
Localización de la ciudad en el creciente fértil
Mucho antes de la aparición de
las culturas mediterráneas más arraigadas en el incosciente colectivo surgió
entre los míticos ríos Tigris y Eúfrates la «civilización mesopotámica»
durante el siglo V y IV a.C. Durante el III milenio un pueblo, los sumerios, se
convirtieron en representantes de la hegemonía de la zona. Olvidados en el
tiempo, nulos eran los vestigios que quedaban de tal floreciente cultura. Las
fuentes griegas y hebreas no hacían mención a los sumerios, tampoco, siglos más
tarde, los arqueólogos se podían esperar el descubrimiento de esta cultura. No
se sabe de manera certera de donde procedían ni como se formó su civilización,
pero su legado es impresionante. Diversas fases se sucedieron hasta llegar al
que la historiografía conoce como periodo dinástico arcaico cuyo centro de
poder sería Uruk, destacando otras ciudades como Ur, Girsu, Lagash o Umma. El
periodo concerniente a la obra, dentro del dinástico arcaico, es el
Protodinástico II (2775-2600 a.C). La escritura cuneiforme ya había hecho acto
de aparición en el Próximo Oriente, los sumerios dieron gran impulso a las
ciudades que se empezaban a consolidar gracias al potente desarrollo de la
agricultura y la sincronización tanto comercial como cultural de los diversos
grupos que poblaron la zona. La sociedad se jerarquizó cada vez más surgiendo
los diversos estamentos y centros de poder en las ciudades. Los poderes
políticos, sociales y religiosos confluyeron, en muchas ocasiones, en una única
figura denominada ensi o lugal. Era el encargado de controlar la ciudad,
actuaba como mediador entre lo divino y lo terrenal. Por encima de él se
encontraban las diversas deidades asociadas a la naturaleza, creadoras de todo
lo que les rodeaba y defensoras de las ciudades. Formaba parte de una
estructura teocrática que dirigía la vida de los ciudadanos. Durante esta
estapa, a pesar de que el rey era el depositario del poder divino, sus
ocupaciones principales se centraban en administrar y defender el territorio
circundante de la ciudad. De manera estricta las cosechas y el resultado de las
batallas dependían, al fin y al cabo, del poder divino, ya que el rey, en este
periodo, era «exclusivamente» el garante de los dioses. Junto a esta importante
figura se encontraban los funcionarios de los templos, encargados de mediar
entre los dioses y los ciudadanos. Los ciudadanos creían que los dioses habían
creado la humanidad para que satisficiesen sus necesidades. Sin embargo frente
a este derecho, que ellos creían tener, también tenían obligaciones con los
dioses relacionadadas con ofrendas como libaciones, ritos de adivinación o
depósito de estatuillas. Estas entregas se debían realizar en fechas litúrgicas
concretas. También se podían realizar en fechas que no estuvieran marcadas,
pudiendo celebrar momentos puntuales especiales. Estos elementos votivos se
ubicaban dentro del templo, encima de mesillas apropiadas o altares. En algunas
ocasiones podían preparan las ofrendas en cubículos adosados donde había un
horno con canalización. En el caso de
esta figurilla, y por ende el conjunto, se tratarían de ofrendas de personas de
alto rango.
Detalle de una de las figuras
Las figurillas representaban al
ciudadano medio sumerio. Las figuras masculinas tienen el pelo y la barba larga
o la cabeza afeitada (si eran sacerdotes de los templos). Las femeninas portan
tocados o llevan el pelo recogido. Portan unos faldondes con flecos de lana o
kaunakes sobre los que recogen sus brazos en actitud orante. Los ojos son desproporcionados respecto al tamaño general
de la estatua para albergar una concha o lapislázuli que dota a la figura de
una actitud ingenua, casi infantil. Se evita cualquier tipo de naturalismo en
las figuras para buscar una conexión directa con las divinidades. Siguen un
esquema geometrizante que presupone una forma cilíndrica que da la sensación de
estatuillas redondeadas y ondulantes. Las formas secundarias corporales como
los pectorales, el pecho o la nariz están pobremente trabajadas.
Momento del descubrimiento
Enhorabuena, buen articulo.Me gustaria saber en que museos podria ver las doce estatuillas originales.Donde se encuentran en 2019.En algunos museos exhiben copias de mayor tamano como en Chicago, segun he podido ver en algun video.En el museo de irak desconozco que figurillas se exhiben.Alguien sabe algo al respecto?Gracias
ResponderEliminarPinches gringos las expoliaron, sabrá Enki dónde se encuentren las reales...
ResponderEliminarperrrraasssssss malditas
ResponderEliminarFistro, Pecadooorrr de la Pradera
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